La historia de Súper Carga
- Julio Quintero, Ingeniero de Materiales.
- 29 mar 2016
- 4 Min. de lectura


¿Alguna vez han tenido que levantarse de su cama para empujar el carro porque se quedó sin batería? Es una situación más frecuente de lo que crees.
Durante mi temporada de vacaciones, en mi último año de colegio, durante unos veinte días, mi hermano y yo debimos despertarnos a las 6:00 a.m. para empujar el carro de mi papa para que pudiera ir a trabajar. Lo recuerdo como la peor temporada de madrugadas en mis vacaciones; despertar, bajar al subterráneo, empujar sacando fuerzas, cuando aún quería estar en cama: ¡Terrible!, Sin embargo, gracias a esto, y teniendo la seguridad de que no podía ser la única persona a la que le pasaban cosas similares, creció en la mente de mi papa y en la mía, la idea de crear un invento que permitiera solucionar este problema; y al mismo tiempo generara indicadores en la batería, pues esta te anuncia que ya no funciona, cuando el carro se queda apagado en la mitad de la noche, o justo cuando tienes prisa por llegar a una cita importante.

Así nació la idea de crear un producto que alarga la vida útil de la batería: Súper Carga; nuestro producto estrella.
Resulta obvio que la historia del producto es un tanto más larga, llena de aciertos y errores, de caminos cuesta arriba y cuesta abajo, de dificultades y de satisfacciones, con altos y bajos, con muchos más errores que aciertos, pero como dicen por ahí, “Echando a perder se aprende”,
Así ha sido hasta ahora. Después de años de ajustes en la formula, una gran cantidad de pruebas, de tocar muchas puertas, de a veces querer dejarlo todo de lado, de sentir muchas ganas de renunciar, tirado, surgió esta oportunidad de aplicar al Fondo de Emprendimiento del SENA.
Creo que perseverar es lo más importante para un emprendedor. Uno camina en círculos por el desierto durante mucho tiempo, uno pierde las fuerzas pero sabe que tiene que seguir intentándolo, y en ese momento muy oportuno, aparece el Fondo Emprender en mi camino, como un oasis, que me permitió por primera vez en mi vida, hasta ese momento, ver claramente la posibilidad de una empresa, un lugar y un mercado para mi invento, una opción que se hizo realidad a finales de 2013, cuando con trabajo arduo y mucha ayuda de mis asesoras, salí beneficiado y me embarqué en un viaje diferente
El emprendimiento me llevó al camino que recorren los empresarios, una cosa compleja, pagos, proveedores, clientes, empleados, cuentas, procesos. La administración y la gestión organizada, metódica y planificada de las ideas. Se aprende de todo, a vender, a proponer, a negociar, a gerenciar (cosa fascinante que aún no logro comprender), a ganar dinero, a perder dinero, pero sobre todo; se aprende a afrontar la vida de la mejor manera, con tranquilidad y serenidad, esa es la única forma de ver las opciones que se presentan, y evaluarlas para tomar las mejores decisiones.
Una de esas opciones se dio cuando se conoció la iniciativa de los hermanos Quiroz, ganadores del Premio Mundial de Innovación. Dicha iniciativa: “El Gran Inventor Colombia, primer reality interactivo del mundo”, tomó 10 inventos entre unos 2.250 que se presentaron en todo Colombia, con la intención de darlos a conocer, hacerlos exitosos y mostrarle al mundo el talento que existe en nuestro país.

Le recomiendo a todos aquellos que tengan una idea de negocios, un invento en ciernes, que la presenten para la segunda temporada de este gran formato de reality, porque las puertas que les abrirá, son inimaginables”.
Hoy, después de caer y levantarme, de prepararme para lo que viene, de notar que esa preparación nunca es suficiente porque ninguno es dueño del futuro, y lo más adecuado es tener buena capacidad de adaptación (algo que aprendí del señor Jean Claude Bessudo quien nos guía en el reality), estoy en un momento donde sé que el viaje del emprendimiento, la innovación y la generación de empresa; son unos de los mejores caminos para vivir, conocer y aprender que el éxito y el de iniciativas; son producto de levantarte de la cama con las ganas de hacer lo que quieres hacer, de beneficiar a otros y de comprender que fracasar, no es que algo no salga como lo pensaste, fracasar es no aprender algo del tropiezo. Claro que te caes. Caerás muchas veces, y a tu lado, en el camino, habrá muchos que se fueron de bruces y podrás ayudarlos a levantarse, y otros que no querrán o no podrán hacerlo, pero tú, tienes algo distinto, lo que tienen los verdaderos empresarios, aprendes de los errores, sacas ánimos de donde otros solo encuentran amargura, y vuelves a levantarte una vez más, y das otro pequeño paso en la dirección que te trazaste… el camino del emprendimiento.

Este camino me enseñó que ser feliz, es lo más importante y que si te enfocas en eso, todo lo demás va a estar bien y, si tienes la idea correcta y el ánimo dispuesto… llegará como por inercia.
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