Velas de la Fe, transformando momentos
- Huella Visionaria
- 16 may 2018
- 3 Min. de lectura
Velas de la Fe, es una microempresa que nació a partir del legado familiar de Gisella Rodríguez. Su padre trabajaba con velas esotéricas en un taller familiar y de esta manera se ganaba la vida, tradición que esta emprendedora no estaba interesada en seguir, por el contrario se enfocó en buscar nuevos rumbos, dedicándose a viajar y a estudiar enfermería, mientras que sus hermanos y padres se encargaban de la empresa familiar. Tiempo después empezó a estudiar mercadeo, fue allí cuando comenzó a tener cierta afinidad con las velas, entonces decidió enfocar su proyecto de grado a este tema, pero orientándose en las aromáticas y energéticas.
Principalmente se encaminó en saber cuáles eran las quejas permanentes respecto al producto para así mejorarlo. En los estudios realizados, encontró que una de las falencias que se hallaban, era que casi su olor casi no se sentía, factor determinante para que Gisella transformara esta debilidad en fortaleza. Sus velas se caracterizan por tener un aroma que perdura.
En el desarrollo de su proyecto, esta empresaria se apoyó en el conocimiento de su progenitor para seguir adelante; además como su padre estaba enfermo, para él era muy importante que ella liderara el negocio familiar, dado que gracias al enfoque de sus estudios, él consideraba que ella era la persona idónea para administrar el taller.
En el transcurso de la investigación, Gisella empezó por hacer las velas en su casa y a averiguar todo lo concerniente a los aromas, lo cual la llevó a conocer acerca de la parafina y el impacto ambiental que tiene esta, por esa causa decidió buscar alternativas que fueran amigables con el ambiente; actualmente en Velas de la Fe se trabaja con ceras vegetales provenientes de cultivos autosostenibles. Esta cera cuenta con todos los certificados que avalan que provienen de esta clase de cultivos.
Durante el desarrollo del proyecto el padre de Gisella murió, factor que la hizo sentir aún más motivada a proseguir con su emprendimiento y de esta manera cumplirle a su papá haciendo de las velas su forma de vida.
Después de empezar con la microempresa en forma, esta empresaria tomó la decisión de ponerle el nombre Velas de la Fe, haciendo honor a la fe que tuvo su padre en ella al motivarla para que se dedicara a realzar el arte de las velas. Ya hace dos años que estas velas aromáticas están en el mercado, Gisella decidió apartarse de la enfermería; hoy por hoy se apoya en su esposo, su hija y un ayudante para sacar adelante día tras día el taller, convirtiéndose además en una generadora de empleo.
En su camino como emprendedora, esta líder asegura que ha sido difícil y a la vez gratificante; tuvo la oportunidad de participar en Comfandi con el programa de desempleo, haciendo un taller de emprendimiento y esto le brindó un sinfín de herramientas para poder continuar, entre ellas se encuentran el costeo y cómo comercializar su producto.
Ahora en Velas de la Fe la intención está orientada a mejorar cada día más y poder exportar. El próximo paso es ir al Amazonas y trabajar con insumos que le den un factor distintivo, así empezar a comercializar los productos en otros países.
Para Gisella es importante poder expandirse, además describe cada venta como una experiencia que involucra el saber cómo se debe usar cada vela, el efecto alentador que tienen cuando suena la mecha que es de madera, sus aromas y para qué sirven cada una de ellas.
Estas velas gracias a sus colores y aromas hacen un proceso en el sistema límbico que permite la generación de bienestar, la misión es seguir transformando momentos a través de la luz de Velas de la Fe.
Facebook: Velas de la Fe
Instagram: @delafevelas
Fotografía: Diana Ayerbe, Huella Visionaria
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